Habíamos aterrizado en Río de Janeiro la madrugada anterior,
en mi caso fui hasta el hostel y pude dormir, pero mis amigos no hacían el
check-in en su hotel sino hasta el mediodía del día en curso, por lo que no
pudieron pegar un ojo en casi toda la noche que la pasaron en el aeropuerto.
En esas circunstancias, una vez más, nos vemos con mis
amigos viajeros;
esta vez en Copacabana.
Comenzamos a caminar sin rumbo aparente cerca de las 10 de
la mañana bajo el sol de Río que brillaba como si nos hubiese estado esperando
por mucho tiempo. Debo añadir que éste fue mi primer viaje al país carioca.
Nos íbamos poniendo al día mientras paseábamos, mojamos
nuestros pies en las frías playas atlánticas de Copacabana hasta que en un
momento, la misma playa se terminó.
Miramos nuestro mapa y leíamos en la parte verde que
pertenecía al morro que veíamos que se llamaba Leme y vimos que había un lugar
llamado “Forte de Leme”.
Un oficial de policía muy amable nos comentó que estaba
bueno y valía la pena la visita, y de curiosos fuimos.
Mis amigos subiendo. |
A todo esto, he estudiado portugués por 3 años así que
estaba estrenando un nuevo idioma en un viaje. Aunque no estaba del todo fino
en mi audición.
Llegamos a la entrada del Fuerte de Leme y pregunté cuanto
costaba la entrada, y había entendido 64 R$ cuando en realidad eran sólo 4 R$.
Mi cara de asombro por esos segundos de confusión fueron
impagables.
Leme fue un morro utilizado para la construcción de un
fuerte para prevenir en principio una inminente invasión española, y también
fue utilizado en las Guerras de Independencia del Brasil. Mas adelante fue remodelado a principios de
Siglo XX y cuenta con tecnología alemana de punta para la época en el cableado
eléctrico y en los cañones giratorios de la foto que pueden darle a un objetivo
a unos 12 Kms de distancia.
Monos que son curiosos |
La caminata dura unos 30 minutos, es recomendable usar calzado adecuado ya que el camino es empedrado y en su paseo va recorriendo las diferentes estaciones del vía Crucis. Tambien protege el ecosistema del bosque tropical por eso van a ver fauna y flora autóctona de la Region, gracias a la reforestación que aconteció en la última parte del Siglo XX para conservar el ambiente.
Al llegar a la cima, el fulgor del sol y las impactantes vistas nos dejaron pasmados. Se puede ver el Pan de Azúcar y la típica foto de Copacabana que todos conocemos. A todo esto, en la parte más alta hay bebederos ¡con agua HELADA!
Bien pensado, muchachos!
Gran foto del Pan de Azúcar visto desde Leme |
Copacabana nos daba la bienvenida a puro sol. |
Pueden ver el Cristo Redentor bien al fondo. |
Autostop con los militares |
Para bajar estábamos un poco vagos y por suerte la armada
brasileña que está a cargo del lugar pasaba con su camión y se ofreció a
llevarnos.
Un paseo recomendable, se puede hacer sin problemas en un
par de horas todo entre subir y bajar y no requiere ninguna aptitud física;
sólo un poco de curiosidad!
Espero que les haya gustado!
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